“Hay que estar en las redes sociales”. Seguro que has oído esta frase millones de veces. Es cierta. Muy cierta. Sin embargo, no debemos confundirla con estar por estar. Con estar por estar me refiero a abrirnos un perfil y no actualizar o hacerlo de malas maneras. Esto no vale, de hecho penaliza. Olvidarse de la red social y abandonarla durante días, meses e incluso años es de lo peor que puedes hacer en este tipo de plataformas. ¿Qué imagen crees que proyectará tu negocio con un perfil social abandonado? Es como si tuvieras un bar vacío o un local mal cuidado.

[caption id=”attachment_671” align=”aligncenter” width=”1200”] ¡Cuidado! Lee atentamente estos consejos antes de continuar…[/caption]

Sin embargo, nadie duda del increíble potencial que tienen las redes sociales. Éstas se han convertido en una herramienta muy eficaz para llegar a tus clientes. Un instrumento potentísimo de comunicación que te permite mostrarte cercano a tus clientes.

Pero ojo, no todo vale. Saber gestionar los perfiles, evitar errores, mantener una línea estratégica correcta y dar un buen servicio a tus seguidores, son algunas de las claves para triunfar en las redes sociales. No obstante, soy de las que opinan que no es necesario estar en todas. Primero analiza si tu negocio tiene más potencial en unas redes o en otras.

¿Debe estar mi negocio en todas las redes sociales?

Depende, pero es preferible estar en una y hacerlo bien que estar en todas y hacerlo mal. En primer lugar, investiga dónde están tus clientes potenciales. Puede que estén en Facebook de manera muy activa, que utilicen Instagram para inspirarse y que hagan uso de Twitter para informarse. Analiza y escoge las redes sociales en las que te interesa estar como empresa.

Por ejemplo, puede que te interese estar en Facebook porque allí está tu público objetivo. Pero puede que Instagram no te convenga tanto porque sus usuarios son un público más joven. Analiza primero y decide (con cabeza) después.

Investiga también tu competencia y dónde puedes hacer llegar tus mensajes de manera más eficaz. Apunta, además, las siguientes pautas para evitar caer en los errores más comunes con tu perfil de empresa en las redes sociales.

Malas prácticas o lo que no debes hacer en redes sociales

1. No hagas un uso personal

Lo primero que tienes que saber es que un perfil de empresa nada tiene que ver con tu perfil personal. Tu negocio o marca necesita un estilo profesional. Nada de meterse en temas políticos o compartir el último chiste que te han enviado. Además, no se trata de publicar por publicar, es necesario realizar un plan estratégico. Llegará un momento en que necesitarás ayuda profesional, eso querrá decir que las cosas van bien.

2. No quieras estar en todas las redes sociales 

No vale todo. Si vas a abrirte una cuenta en Pinterest para no hacerle ni caso, mejor no lo hagas. La mejor estrategia es analizar en qué redes están tus clientes y tu público objetivo. Una vez seleccionadas las que te interesan para tu negocio, no las abandones y sácales el mayor provecho. Si son tres, tres. Si son dos, dos.

3. No abandones tu perfil

¿Qué imagen crees que proyectas si abandonas tus redes sociales? Las personas se informan en Internet y buscan en las redes sociales para conocer mejor a las empresas. Por eso, ¿crees que un perfil social sin actualizar da buena imagen? Es como si tuvieras un negocio a pie de calle vacío y al lado de otros de la competencia que están llenos de clientes. Lo mismo ocurre en las redes sociales. Que tu perfil sea activo y cercano es un punto más que positivo de cara a los usuarios.

4. No publiques el mismo contenido en todas las redes sociales

En principio es lo más cómodo, ¿verdad? Imagínate, redactar un texto para copiarlo y pegarlo en las diferentes plataformas sociales. Esto, aunque sea una práctica muy extendida, es un error. Cada red social requiere de un lenguaje específico, incluso de una información visual diferente. No podemos hablar igual en Facebook, Twitter, Linkedin o Instagram. Adapta tu mensaje a la red social, a su lenguaje y a su audiencia.

5. Contesta a las críticas (y hazlo bien)

Controla tus impulsos, no des malas contestaciones a tus seguidores. Es más, ni se te ocurra borrar comentarios. Lo más seguro es que tus seguidores se vuelvan en tu contra y acabes desprestigiando la imagen de la empresa. Recuerda que las redes sociales son una vía de comunicación para llegar a tus clientes, por lo tanto, una potentísima arma de promoción. Convertir las críticas en comentarios positivos que refuercen la buena imagen de tu empresa es uno de los grandes retos.

6. No seas impaciente

Las redes sociales no son una varita mágica que te hará vender más al momento. Hay que trabajarlas. Primero, busca a tu público objetivo y hazles saber que existes. Después, deberás conseguir que te sigan. Interactúa e intenta seducir a tus clientes potenciales. Una vez que hayas creado una red importante de seguidores, tendrás que crear una comunidad. En este momento, volcarás todos tus esfuerzos para enamorar a tus seguidores. Una vez estén enamorados de tu marca, podrás empezar a venderles productos o servicios a través de las redes sociales.

Así podríamos definir el proceso en pocas palabras. Sin embargo, no existen fórmulas mágicas ni teorías exactas. Cada red social, cada perfil, cada empresa y cada marca es un mundo. Solo probando y equivocándonos sabremos dar con la tecla.

7. No compres fans, seguidores, comentarios o likes

¡Se nota! Por muy sofisticados que sean los bots. ¿Los habéis probado alguna vez? En Instagram son fáciles de detectar, sobre todo cuando la actividad baja de madrugada. Descúbrelo tú mismo. Verás, seguro, que hay perfiles que empiezan a seguir a cuentas raras o dar like de manera muy repetitiva a fotos que nada tienen que ver con su negocio. Sospecha y acertarás, son síntomas claros de uso de bots realizando acciones muy mecánicas como seguir, deseguir, dar a “me gusta”, comentar, etc.

El poco beneficio que puedan aportar no compensa su coste, invierte en contenido de calidad y los seguidores vendrán solos.