Fue en febrero de 2001, en Snowbird, Utah, cuando diecisiete miembros de la comunidad del software se reunieron para hablar sobre técnicas y procesos de desarrollo. En aquella reunión firmarían el Manifiesto Ágil.
Estamos descubriendo formas mejores de desarrollar software tanto por nuestra propia experiencia como ayudando a terceros. A través de este trabajo hemos aprendido a valorar: Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas Software funcionando sobre documentación extensiva Colaboración con el cliente sobre negociación contractual Respuesta ante el cambio sobre seguir un plan Esto es, aunque valoramos los elementos de la derecha, valoramos más los de la izquierda.
Varios autores (2011). Manifiesto Ágil
Hoy nos encontramos con metodologías que se han perfeccionado mucho en las últimas décadas. Técnicas y procesos de desarrollo que, al igual que el software e Internet, siguen evolucionando.
Metodologías Tradicionales y Metodologías Ágiles
Para entender la agilidad tenemos que entender el contexto en el que aparece. Las primeras metodologías de desarrollo trataban de aplicar los conocimientos de otras ingenierías al software. En aquel entonces hacer software era equiparable a construir edificios o aviones.
Durante ese proceso de industrialización del sector, las metodologías tradicionales fueron adaptándose a este nuevo producto. Las metodologías ágiles, sin embargo, surgieron como una alternativa pensada para el software desde el principio. Al final y al cabo, el software es un producto lógico y no físico, y eso lo cambia todo.
Los principales puntos divergentes tratan sobre la planificación. Las metodologías ágiles asumen el software como un producto cambiante cuyo futuro no se puede predecir. Por ello sus técnicas van orientadas a realizar entregas rápidas de versiones mejoradas del producto.
Enfoque ágil aplicado al desarrollo Web
Cuando hablamos de un producto que no se puede predecir, el desarrollo Web es el rey. Blogs que terminan siendo tiendas. Tiendas que necesitan ofrecer más idiomas. Ahora queremos vídeos. Ahora redes sociales. StreetView. Un chat. ¿Por qué no?
Por otro lado, tenemos la propia tecnología que nos da soporte: ordenadores, móviles, sistemas operativos y navegadores. Plataformas que cambian constantemente. Nuevas tecnologías que hacen que un sitio web parezca anticuado en cuestión de pocos años.
Un ejemplo:
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Aplicar el enfoque ágil al desarrollo Web nos ofrecerá la posibilidad de no tener que decidirlo todo al principio. Simplemente debemos pensar qué nos gustaría tener en dos semanas o un mes. Qué es lo más importante. Y cuando lo tenemos listo, si aporta valor, lo publicamos. No hay por qué esperar.